Para muchas personas, la compra de una franquicia ha demostrado ser una buena opción, pero como en cualquier otra decisión financiera, no hay una respuesta única a la pregunta “¿Es una franquicia la opción adecuada para mí?” La compra de una franquicia involucra un importante desembolso financiero y el hecho de ser dueño de una franquicia suele requerir un compromiso total con un estilo de vida. Si estás pensando si tu futuro podría estar en una franquicia, sigue la FTC para leer la serie de artículos que llamamos Fundamentos de las franquicias. Exploraremos algunos de los factores que tienes que considerar cuando investigues oportunidades de franquicias. El primer tema: derribando mitos e ideas erróneas sobre cómo convertirse en franquiciado.
Mito #1: Ser franquiciado es lo mismo que ser dueño de su propio negocio. Ser dueño de una franquicia no es lo mismo que ser dueño de un negocio. De hecho, el franquiciador puede controlar muchos aspectos de tu negocio: por ejemplo, la ubicación de tu local, tu territorio de ventas, el diseño de tu establecimiento minorista y los productos o servicios que puedes (y no puedes) vender. Por supuesto que un franquiciador puede ayudarte con capacitación y asesoramiento especializado, pero esa ayuda tiene un precio, tanto en términos de finanzas como de control.
Mito #2: La compra de una franquicia te dará el estatus de “ser tu propio jefe”. Tras años de estar cobrando un salario, muchos futuros emprendedores buscan en una franquicia una forma de ejercer su autonomía. No tan rápido. Los acuerdos de franquicia suelen otorgar poder a los franquiciadores no sólo sobre las grandes decisiones iniciales, sino también sobre algunas operaciones cotidianas: cómo puedes hacer publicidad, qué aspecto debe tener tu cartel, dónde tienes que comprar los suministros, etc. Si parte de tu motivación para considerar una franquicia es vivir ese estilo de vida “sea su propio jefe”, investiga exhaustivamente primero.
Mito #3: El hecho de que te gusten los productos de una compañía es el mejor indicador de que tendrás éxito como franquiciador. Los franquiciados exitosos suelen decir que el hecho de que te guste el producto o servicio ayuda, pero ser un cliente satisfecho no es garantía de que una franquicia sea lo más adecuado para ti. Algunas franquicias, por ejemplo, de reparación de vehículos o preparación de impuestos, requieren conocimientos técnicos o una capacitación especial. ¿Tienes las aptitudes adecuadas para la franquicia? ¿Y tu experiencia laboral previa te ha aportado los conocimientos financieros y de gestión esenciales para el éxito?
Mito #4: Ser dueño de una franquicia es una excelente fuente de ingresos pasivos. ¿Quién es la persona que abre la tienda varias horas antes de la apertura, apaga las luces al final de un día muy largo, y está allí a lo largo de la jornada para ocuparse de los salarios, la atención al cliente y quizás incluso del mantenimiento de rutina? Esa persona suele ser el franquiciado. Incluso los franquiciados que opten por contratar gerentes para que se ocupen de la actividad diaria se darán cuenta de que ser dueño de una franquicia implica un gran compromiso de tiempo, esfuerzo y recursos. Esa imagen de una vida lujosa en cruceros y campos golf que tienen algunas personas sobre ser propietario de una franquicia no se ajusta a la realidad.
Mito #5: Ser dueño de una franquicia es un “valor seguro” en términos financieros. Lo único seguro de ser dueño de una franquicia o de cualquier otro modelo de negocios es que no existe nada que sea seguro. Gastarse los ahorros en una franquicia de renombre nacional no es garantía de éxito. No cabe duda de que tus aptitudes y tu compromiso influyen en la ecuación, pero también hay muchas otras variables que influyen y que están fuera de tu control: la demanda del producto o servicio, la competencia y las condiciones económicas locales y nacionales, por mencionar sólo algunas. Es más, puede que en tu contrato de franquicia se establezca que tienes que pagarle al franquiciador aunque estés perdiendo dinero. Estos son sólo algunos de los aspectos intangibles que tienes que considerar cuando pienses en una franquicia.